Primer post-primer concepto

La mayoría de las recetas que hoy en día nos deleitan fueron transmitidas de madres a hijas, en una larga cadena de transmisión a través de épocas y generaciones.

Si ponemos atención, veremos que esas recetas han cambiado poco y nada a lo largo de los años. Son recetas adecuadas a un modo de vida ligada íntimamente con lo físico y con necesidades energéticas diferentes a las de hoy. Si nuestros abuelos se levantaban a las 5 de la mañana, salían al campo a hacer sus tareas mientras las abuelas lavaban la ropa a mano, barrían metros cuadrados extensos de casas y la actividad cesaba entrado el sol, es normal que los alimentos ingeridos fueran los que dieron origen a muchas de las recetas que hoy seguimos preparando para alimentarnos.

Entonces, ¿es normal que sigamos alimentándonos así, teniendo un gasto de energía distinto que en aquellos tiempos?

¡Claro que no es normal! Pero la cultura, la costumbre, y el trajín cotidiano hacen que nos inclinemos a esos métodos de preparación que a incluir en nuestra dieta formas más adecuadas de alimentarnos.

La alimentación adecuada a nuestra forma de vida tiene que incorporar elementos saludables para nuestra cotidianeidad que nos garanticen un mayor rendimiento, una vida más saludable y sobre todo, una calidad en el vivir más responsable.

Comienzo, aprendizaje, cambio.

el comienzo es ENTENDER que alimentarnos como hace 100 años es una aventura con un final no muy agradable

el aprendizaje lleva su tiempo, es complejo y gradual. Es un camino lleno de alternativas y sabores hacia un CAMBIO en la relación con nuestro cuerpo y nuestro entorno.

Y como de comienzos se trata, quería que este primer post hable de esto, de iniciar y aprender a cambiar.

Gracias por leerme

 Hernán Cabello

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